Filosofía
Llisa negra es un homenaje al producto. Quique Dacosta abandera su nuevo concepto gastronómico en Valencia donde brinda al público la oportunidad de explorar el sabor y la pureza del producto.
Buscar la esencia y la autenticidad de la materia prima implica cuidar y cocinar con las mejores técnicas. La parrilla, las brasas, el fuego directo... Buscando los puntos de cocción precisos y jugando con los matices, con la ayuda del sarmiento, la leña de encina o el carbón de coco, entre otros muchos combustibles.
Llisa negra es un restaurante cómplice de las lonjas con las que ya lleva años trabajando en sus otros restaurantes: la Lonja de Dénia, de donde no pueden faltar las quisquillas, langostas o cigalas. Haciendo espacio en la despensa a lonjas importantes de la Costa Brava o de Andalucía, entre otras, que hacen que la oferta sea más rica y abierta.
Llisa negra se nutre del entorno, mira a la Comunidad Valenciana y a su huerta, ofreciendo grandes referencias del campo.
Llisa negra también da protagonismo a las grandes carnes, de diferentes razas, como el chuletón de vacuno mayor de rubia gallega, la presa ibérica de Joselito, o el solomillo de vacuno mayor.
Los arroces son una declaración de identidad y una clara apuesta, desde los marineros a la paella valenciana.
Quique Dacosta transporta a Valencia su pasión por la sal, ofreciendo a los clientes de Llisa negra sus salazones.
La parte dulce del menú, la forman recetas conocidas pero con un toque y matices que las hace diferentes: flanes de nata, tarta de queso o suflés de chocolate hechos al momento.
En la bodega se ha conseguido una perfecta armonía con la cocina, con grandes referencias tanto nacionales como internacionales.
Llisa negra es una cocina simple y directa. Por paradójico que parezca, ofrecer al paladar la simplicidad del producto es una tarea laboriosa. Gracias a esa autenticidad del sabor, el cliente podrá evocar memorias gustativas y crear nuevos registros. Incluso habrá quien descubra o se reencuentre con el verdadero sabor del producto, y eso es una experiencia maravillosa.
Este ritual gastronómico debe ir acompañado de un entorno que se mimetice con esta oda al producto, de este modo, Llisa negra se ha diseñado como un lugar confortable y moderno, que abraza al cliente, bajo una atmósfera contemporánea y cosmopolita en una ciudad más abierta que nunca.